Bitcoin cumplió el pasado miércoles un año como moneda de curso de El Salvador, una propuesta totalmente innovadora que encabezó el presidente Nayib Bukele para atraer inversión extranjera.
Sin embargo, esta criptomoneda ha sufrido una devaluación mayor al 50% este último periodo, por diversos motivos, lo que ha generado dudas y el rechazo de organizaciones internacionales como, por supuesto, el FMI (Fondo Monetario Internacional).
Bukele defendía entonces la medida para lograr una reducción de los costos en envíos de remesas para millones de salvadoreños trabajando en el extranjero e incluso como oportunidad para proteger a la economía en desarrollo de posibles impactos en la inflación.¿Pero qué sucedió entonces?
El FMI, en defensa de las monedas tradicionales, ha avisado del riesgo asociado a la misma y su impacto en la integridad y estabilidad financiera del país, llegando ahora a recomendar eliminar la criptomoneda como divisa oficial.
A esto se le suma la racha bajista que ha tenido la criptodivisa durante los últimos meses, que el pasado martes cotizó por debajo de los 20.000 dólares, muy por debajo de los 44.000 dólares a los que cotizaba hace un año aproximadamente.
Otros más que se han manifestado son las agencias crediticias, S&P Global Ratings rebajó la nota crediticia soberana de El Salvador a corto plazo desde “B” hasta “C”, con perspectiva negativa, como consecuencia de las vulnerabilidades en la deuda externa y financiera del país.